Atravesamos Maknes, una ciudad pendiente de visitar para la proxima vez, donde pasamos del tiron, ya que nuestro objetivo estaba en el bosque de Cedros.
Llegamos en seguida a Ifrane, es una ciudad don de la clase alta Marroqui tiene sus chalets para pasar las vacaciones de "invierno", debido a la altura y su situación, nieva y hay pistas de esquis.
Toda la ciudad esta llena de chalets y se ve un nivel de vida muy superior al que habiamos visto días atras. Las calles estan todas ordenadas y asfaltadas como si se tratara de La Moraleja.
Salimos de Ifrane y encaramos hacia el bosque de Cedros, una ruta preciosa de la que no hay que perder detalle, la carretera es buena y las vistas espectaculares.
Lamento no tener más fotos del Bosque de Cedros, solo deciros que es un festival de sensaciones, una carretera "light" de montaña y el bosque de Cedros una pasada.
A la salida del bosque de cedros, paramos para tomar un tentempie, Carlos habia comprado en Gibraltar jamon serrano y una botellita de Faustino V de la que dimos buena cuenta.
Estirando las piernas por alli encontramos un rio subterraneo a nuestras espaldas, un regalo de los dioses, ya ques lo ultimo que uno podria esperar encontrar. Tras la merendola hicemos un poco de pista y nos encontramos con un pastor de la zona.
Resulta que el hombre habia ido a hacer dinero a España, trabajando en Barcelona y cuando vio la matricula nos saludo, estuvimos unos minutos hablando con el de la crisis en España y de como estaba Marruecos.
Justo al salir de ese tramo de tierra, me patina la rueda trasera. Habia incrementado la precarga del amortiguador y al elecarse la moto, llegaba casi de puntillas, justo donde me derrapa, habia un hoyo, lo que hace que caiga estrepitosamente al suelo.
Yo no me hago nada, pero la moto tiene un espejo tocado, una maleta rayada que es la que se ha llevado el golpe y un intermitente roto. Cojo los trocitos y el pastor me ayuda a levantarla. Salgo escopetado porque sali el ultimo y mis compañeros ya han salido y no se han percatado.
Al fondo se puede ver una parte de la Cordillera del atlas y en los bordes de la carretera como el paisaje de montaña, va cambiando poco a poco para volverse más agreste. En 100 km más se volvera totalmente de arena.
Finalmente consigo engancharme a ellos, ya me estaban esperando y encima me cae una bronca.
Unas decenas de kilometros más adelante nos encontramos a las puertas del desierto, paramos y me hago la foto que unas semanas antes habia visto en internet, el desierto con las nieves del atlas al fondo.
Os pongo una fotos de la vista frontal y a la izquierda.para que veais el contraste
Todavia nos queda muchos kilometros para llegar a Rich, el ultimo pueblo del Marruecos occidental, a partoi de ahi cogeremos una pista de mas de 100 km, que atravesando lateralmente el atlas nos llevará hasta Imilchil, el corazon de la tierra de los bereveres, una de las zonas mas bellas de Marruecos, pero mas pobres y aisladas.
La carretera a Rich es bastante rapida, pequeños puertos de montaña, buen asfalto, poco trafico y curvas peraltadas te permiten llevar un ritmo alegre, siempre recordando que estas en Marruecos y que cualquier obstaculo puede parecer. En el viaje de vuelta volvimos a pasar por aqui y habia un accidente grave y por lo que entendimos, el culpabe tenia menos papeles que una botella de anis del mono.
LLegamos a Rich a la hora de comer, a la entrada parece un pueblo fantasma de una pelicula de vaqueros, mas adelante esta la plaza del pueblo, en la que hay una pequeña estación de autobuses donde hay varios restaurantes y cafeterias.
La comida nos cuesta unos dos euros al cambio, es un humilde tallin de pollo, del que solo queda el hueso, rodeado de nabo y patata. Como es lo que hay nos lo comemos eso si acompañado de una fria Coca Cola.
Por un rato somos la atracción del pueblo y de algunos niños, como los de la foto, que nos piden unas monedas por limpiarnos las botas, que es a lo que se dedican.
Tras comer reanudamos la marcha, aun quedan muchos kilometros y la tarde se empieza a echar encima, el sol esta en su zenit y para mas inri lo vamos a tener el resto del viaje de frente, tenedlo en cuenta si haceis esta ruta,ya que si no llevas gafas de sol muy oscuras o visera solar en el casco es insoportable y puede llegar a ser muy pelgroso.
Atravesamos el puente y empezamos a enfilar la carretera a Imilchil, unos 150 kilometros por delante.
Al incio la carretera es asi, estrecha y de buen asfalto, mas adelante se hace mas angosta y hay tramos sin asfalto en los ques necesario tener mucha precacución. Como podeis observar, rige la norma de 'maricon el ultimo'.
Poco a poco vamos atravesando la cordillera del atlas, nos cruzamos con algun pastor o labrador que probablemente va a Rich, mas adelante nos contarian que cuando la gente esta enferma va andando al dispensario o clinica, llevando en una bolsa comida y bebida para el camino, durmiendo a la intemperie y reanudando su camino al dia siguiente,. Una vez atendidos por un medico realizan el viaje de vuelta de la misma manera, para que luego nos quejemos de la seguridad social.
Al atardecer, despues de algo mas de dos horas llegamos a Imilchil, estamos cansados y todos tenemos las pupilas doloridas por el sol, ese sol africano que se te mete hasta dentro del ojo como una aguja fina.
Salva la situación Carlos que con su frances de basica consigue hacerse entender y nos indican que al final del pueblo lo encontraremos.
Tras aparcar la motos enfrente del albergue, en una pequeña plaza, hablamos con Zaid, que habla perfectamente español, nos presenta a su familia y nos enseña su casa, que es donde vamos a dormir.
Su mujer y sus hijas duermen en una habitacion y el duerme a la entrada de la vivienda encima de una alfombra, todas las casas en Marruecos tiene alfombras, me encanta porque me gusta andar descalzo o con calcetines. La comida es tradicional de la zona y la hace la mujer de Zaid. El albergue tiene duchas comunes con agua caliente, las habitaciones son compartidas o dobles, una compartida es para nosotros y otra es de un matrimonio frances.
Despues de descargar las motos y colocar el equipaje le pedimos a Zaid como ir al hamman del pueblo, a mi me hace especial ilusion, ya que nunca he ido a uno y este va ser el mas autentico que conozca en mi vida. Nos dice que su cuñado es masajista, asi que contratamos masajes y hamman por unos 2,5 euros persona.
Al rato aparece un individuo bajito y delgado, el cuñado de Zaid el cual nos lleva al Hamman, no podemos hablar con el porque solo habla arabe, pero por señas mas o menos nos vamos entendiendo.
El hamman se encuentra detras de la panaderia del pueblo, ya que el horno de leña es el que surte a este de calor, la entrada es sucia y el local no es muy limpio tampoco, las estanterias donde se coloca la ropa antes de bañarse estan llenas de mugre, nos quedamos en calzoncillos y seguimos al cuñao hasta la sala mas caliente del hamman, donde hace mas calor. Tenemos unas pintas...
Despues de un dia tan largo, una ruta complicada y los nervios y el estres por llegar mi cuerpo empieza relajarse. El cuñao uno a uno nos frota con un jabon y una esponja de cerdos y nos exfolia por no decir otra cosa la piel, la verdad es que empieza a salir mugre por un tubo, despues de tanto polvo y piedra me parecio hasta poca.
Despues nos manda tumbar en el suelo y uno a uno nos va retorciendo espalda y lumbares hasta dejarnos totalmente relajados. Pienso que este tipo, no debe de tener ningun titulo de fisio, pero desde luego sabe hacer su trabajo, a mi me quita las contracturas que tenia y a Carlos, un hombreton de Nava dos veces mas grande que el cuñao, le dobla la espalda y se la returce que daba miedo mirarlo.
Vamos pasando por todas las salas del hamman, desde luego que no es comparable a un lujoso hamman de un hotel de Marrakech, pero el objetivo era ver como viven por esas latitudes y compartirlo con ellos, recomiendo a todo el mundo que lo haga, lo unico es que las mujeres no pueden entrar cuando hay homres dentro, asi que lo de disfrutarlo en pareja no es posible.
Tras quedar como nuevos, yo añadiria renovados, volvemos andando hacia el albergue, sonde disfrytamos de una cena atradicional abase de tajin, esta vez si que mas completo que el que comimos en Rich y de algunas especialdades marroquis, finalizando con te y dulces. Compartimos conversacion medio en frances, medio en español con el matrimonio frances y nos tomamos todos una copita de ron con coca cola, que habilmente habia metido en en la maleta.
Me meto en la cama, mi ultimo pensamiento es para mi mujer y mi hijo, les echo de menos, empieza a aterrarme la idea de estar a mas de 700 km de la frontera con España en medio de la nada. El cansancio me vence y caigo dormido como un niño.